134 años después de un episodio digno de recordar.
Cajamarca. – Esta mañana teniendo como escenario el emblemático “Arco del Triunfo”, los alumnos sanramoninos volvieron a evocar un episodio digno de patriotismo registrado hace 134 años.
En el acto estuve presente el burgomaestre Manuel Becerra Vílchez, quién señaló que este acto es un deber cívico patriótico para todos los que hemos tenido la suerte de nacer en estas tierras del Sol.
Al acto solemne asistieron docentes y alumnos del emblemático colegio San Ramón, el BIM Zepita Nº 7, escoltas de los colegios Juan XXIII, Nuestra Señora de La Merced, Rafael Loayza Guevara y también instituciones educativas privadas, el alcalde Manuel Becerra Vílchez estuvo como invitado especial en la ceremonia por el 134 aniversario de la Batalla de San Pablo que se desarrolló en el Arco del Triunfo.
El docente Almanzor Sáenz, fue el encargado del discurso conmemorativo. Recordó que el 8 de julio de 1882 en los viejos claustros del colegio San Ramón ubicado en La Recoleta sucedieron episodios dignos de narrar. En la mañana de aquel día, circulaba dentro del alumnado una proclama de carácter anónimo, pero digna de un pueblo descendiente de Pachacutec, la misma que sobre los muros de la pileta ubicado en el centro del patio de honor fue leída por Gregorio Pita, estudiante de 19 años de edad que cursaba el cuarto año de secundaria.
La proclama decía: “Alumnos de San Ramón, la patria está invadida, la planta del chileno ha hollado el suelo de Cajamarca, nuestra bandera necesita defensores, corramos a la guerra a defender la tumba de nuestros padres, la santidad de nuestros soldados, la honra de nuestra patria”.
Como se recuerda, la Batalla de San Pablo fue una de las acciones militares correspondientes a la Campaña de la Breña, en el marco de la Guerra del Pacífico.
Precisamente, hace 134 años la provincia se vistió de gloria cuando hermanados por los pueblos de Cajamarca, Bambamarca, Chota, Llapa, San Miguel y San Pablo hicieron morder el polvo de la derrota a los chilenos que finalmente, humillados y rendidos, tuvieron que escapar del valeroso Ejército peruano.
