
Un 13 de octubre del 2018 desapareció Vanessa Pereyra Vergara (36), joven madre de dos hijos adolescentes, camino a Cajabamba
Vanessa estaba atravesando un divorcio difícil con el padre de sus hijos y laboraba desde hace unos meses rentando máquinas de la empresa Ferreyros.
Su caso conmocionó a toda Cajamarca.
El único testigo protegido que le narró a la Fiscalía que Vanessa había sido asesinada y luego su cuerpo lanzado al río, se suicidó de un balazo en la cabeza después de haber dado su manifestación. Ni la Policía, ni la Fiscalía pudieron corroborar la información que el hombre brindó.
Lamentablemente su cuerpo nunca pudo ser ubicado para corroborar el presunto delito de homicidio calificado.
Los dos sospechosos del crimen, dos exparejas sentimentales de Vanessa, fueron puestos en libertad.
El cuerpo de la mujer habría sido lanzado al río Utcubamba, en Amazonas. El testigo que narró estos hechos fue Segundo Huamán Fernández, el chofer que llevó supuestamente a la joven a comprar oro.
Líos de dinero, fuertes sumas trasladadas para la compra de oro y relaciones afectivas componen este rompecabezas que años después continúa impune.