Abro la página 12 del diario Panorama Cajamarquino en su edición del día 10 de abril del 2013 y me encuentro con un “informe” que llena aproximadamente media página la foto del aspirante a la alcaldía de Cajamarca Manuel Becerra Vílchez y en el resto de la página fieles a su estilo abren con una auto reverencia a su director Armando Loli Salomón por haber sido premiado como “la empresa del año”; eso no llama tanto la atención, como sí el final del “informe” donde aparece una grave insinuación hacia el joven candidato en supuestos vínculos con el narcotráfico, conjuntamente con Kenyi Fujimori y con quien identifican temerariamente como su socio en la candidatura a la presidencia  regional “de apellido Ramírez”. Pareciera que el responsable de la redacción que no aparece firmando el “informe” le cuesta mucho memorizar el nombre del candidato Osias.  Y definitivamente el remate del escrito si me parece más bien un asunto para una sección esotérica con ingrediente de humor, respecto a que Manuel Becerra es un candidato perdedor  y personifica la saladera de UTC. Sí, claro, contundente el informe de “Panorama Cajamarquino”, la empresa del año.

El fotocheck político cajacho ha debutado ocupándose del “candidato perdedor” y sospecho que próximamente se van a tener que ocupar de los candidatos “ganadores” tales como Absalón Vásquez, Luis Guerrero, Armando Loli y otros que siempre lideran sus propias encuestas y cierran mítines de manera “apoteósica”. Nada que ver,  hablando en serio, creo que la “guerra sucia” también despertó  temprano con el madrugador anuncio de los créditos fujimoristas y acaso contra aquellos cuadros que a tiempo han marcado sus distancias con la controvertida empresa minera Yanacocha. Recomiendo lean este “informe” y adviertan la intencionalidad con la que ha sido publicado y el uso que algunos miserables no han tardado en hacer su interpretación.

En estas circunstancias hay que hacer también un temprano llamado a la calma, cordura y reflexión. En política no puede valer todo para destruir al rival. La guerra sucia debe ser desterrada de las contiendas electorales si queremos que los ciudadanos recuperen la confianza en los políticos y su política.