Muchas veces, los inmediatos superiores, argumentan ante un hecho grave que, no se puede adoptar una decisión rápida, les cuesta sancionar de manera ejemplarizadora, sus afanes se quedan en el discurso, salen con esas expresiones «hay que investigar bien», ante una cosa evidente y flagrante se amparan a los «procedimientos de ley».
En el caso del «Policia Homicida»; el solo hecho de manejar el arma de fuego a su cargo en estado de ebriedad, aun sin matar a nadie, es un hecho gravísimo. Se tiene que condenar, deslindar y sancionar sin dudas, ni mormuraciones.
El comisario de Bambamarca en vez de deslindar, salió a minimizar el caso argumentando una «mala manipulación».
Luego salió el jefe policial de Cajamarca, el Gral. Calla haciendo honor a su apellido, expresó que no podía calificar si el hecho que todo el mundo vio fue del todo doloso. No dijo nada cuando su colega estaba fugando y prófugo, salió a declarar cuando ya el policía se entregó a la justicia.
Y por fin tuvo que salir el Ministro del Interior para expulsar al mal policía.
Tolerancia cero, no al espiritu de cuerpo.