Locales, Noticias — 3 enero, 2018

«Ingresé bajo mi responsabilidad, sin miedo»

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Periodista Lucho Zevallos relata su escalofriante cobertura en el último motín de una cárcel peruana

Estamos en la cuadra doce del jirón Huánuco en el populoso barrio de San Sebastián en Cajamarca (Perú), en el domicilio del osado periodista que acató el llamado de los internos amotinados para estar en la línea de conflicto el primer día del año 2018. Luis Zevallos nos recibe en su humilde casa, toma asiento al costado de su nacimiento en una sala llena de imágenes religiosas para contarnos su experiencia y reflexionar acerca de los riesgos de una cobertura en el mismo lugar de los hechos. Nos concede unos minutos antes de emprender  un prolongado viaje a Lima donde espera también salir airoso esta vez con la salud de su señora madre.

De una sala del cine a una cobertura de película

Lucho, administra en las redes sociales su “Cajamarca Noticiosa”, satura desde ahí diariamente el acontecer informativo, no está en todas, pues como en numerosas ocasiones, tiene que constatar si la nota importa a sus miles de seguidores.

Zevallos cuenta cómo pasó de la duda a tomarse en serio las primeras llamadas que interrumpieron el disfrute del estreno del “Pájaro Loco» en una de las salas de un centro comercial. Estaba con su familia ¿Tuviste ahí la primicia? Sí pero, como confiesa el periodista, “tenía mis dudas, porque sólo me hablaron de una fuga, no sabía si de gas o de reos…”, confiesa a manera de anécdota.

Salí hacer una llamada a “mis fuentes” y no me contestaban, revisé las redes sociales y encontré que un colega ya había posteado que había una fuga de reclusos, se hablaba de un amotinamiento. Insistí en mi fuente policial y me ofrecieron confirmarme en un minuto, pero tardó apenas devolverme la llamada  en segundos, donde me confirmaban que había dos heridos y un fugado, Todavía hasta ahí pensaba que la nota era suave, entré al cine y me vuelven a llamar que “estaba fuerte”. Abandoné el estreno del “Pájaro Loco” (para variar), me llamó otro colega para ir juntos, pero yo ya estaba bien avanzado, en camino al penal  de Cajamarca.

Estaba transmitiendo en vivo y llegó el momento decisivo: “Necesitan un periodista”

Lucho llegó al lugar de los hechos y ya se encontró con un buen contingente policial en  la zona de la tranquera de la vía que conduce al penal, cuenta que un vecino estaba reportando para una radio local narrando la forma como se había escuchado en la zona una fuerte balacera. Estaba ahí también llegando el periodista de Tv Norte, Carlos Ramírez.

“Me tome mi tiempo de indagar entre la gente sobre lo que sucedía, averigüé entre los policías, mientras que mi celular se recargaba en la casa de un amigo que labora en Serenazgo, me puse hacer tomas con mi cámara”  

Cuando ya tuvo una idea clara de los hechos, activó su transmisión en vivo y comenzó a compartir la información con sus seguidores. Vio pasar a un abogado que caminaba desesperadamente con la policía que lo resguardaba y dijo: “Necesito un periodista”

“Yo ya estaba trasmitiendo, cuando el abogado requería a un periodista en la zona de la tranquera. Desde ahí poco se divisa lo que acontecía en la puerta de ingreso. Acepté el llamado para cubrir y atestiguar lo que sería un diálogo entre la policía y los presos amotinados. De pronto ingresando ya a mis espaldas tenía a un centenar de efectivos policiales. La cosa se ponía más tensa en su cobertura.

Los momentos más duros: “Ingresa bajo su responsabilidad”

Estaba encausado en la riesgosa misión. Lucho recuerda con especial detalle la atemorizante advertencia que le hicieron en ese trayecto los efectivos policiales. “Ingresa bajo su responsabilidad”

¿Qué sentiste en ese momento que te hicieron la advertencia?

“No sentí nada” ¿Miedo? No, la gente estaba conectada conmigo, tenía como cien seguidores en línea, era mi respaldo, mi decisión fue fría hasta ese momento. Al abogado le colocaron su chaleco, ni en esa precaución pensé. Sólo quería cobertura.

Confiesa que en el trayecto se le acercó el jefe de la región policial, Coronel PNP Luis Cacho Roncal “Pensaba que venía () otro periodista”, le habría dicho con notorio asombro. Lucho ya estaba en la zona privilegiada, pero de sumo riesgo para su vida, fue hasta ese momento donde tuvo una idea clara del terreno que estaba pisando en su atrevimiento en busca de la información.

“Cuando vi al carro del INPE lleno de disparos, los cartuchos regados, las llantas bajas, estancado en su intento de fuga, cuando vi ese frente armado y a mi tras el contingente policial y yo en el centro, sentí que era la persona más importante para ese crucial momento», pero confiesa que sus manos “comenzaron a temblar”  

“Pasaron cosas sobre mi cabeza. Me acorde del servicio militar, sólo me quedaba confiar en Dios”

Lucho estaba ya en la línea de un antes y un después de esa decisión que él sabía no podía desistir a esas alturas de las difíciles circunstancias.

La cobertura más riesgosa de su vida: “Escuché recargar sus armas”

Lucho Zevallos narra que se encontró con unos reos ofuscados, que querían se conociera toda su problemática. El diálogo duró algo más de 5 minutos con términos de grueso calibre. “Querían que subiera al carro y que no dejara de transmitir”

“Les pregunté si eran terroristas”, pero los policías ya no querían más preguntas, querían meterlos al penal. Fue ahí donde “comienzan a recargar las armas. Lo escuché y me puse a un costado”.

Luego de ese episodio el periodista atestiguó la rendición de los sublevados. “Nos rendimos”, exclamaron y comenzaron a empujar el carro hacía atrás. Lucho retornó esta vez pero a cubrir su rendición, en cuyo desfile de amotinados entre ellos los heridos, logra captar sus declaraciones que su motivación es de “lucha contra la corrupción que campea en el Perú”.

El testigo de excepción estaba volviendo a su tranquilidad en una de sus transmisiones en vivo más riesgosas que como confiesa “No hubiera estado en sus planes” en el primer día del año 2018.

Su madre, la nueva misión a seguir adelante

La familia de Lucho lo esperaba en casa, después de esa salida repentina del cine. Aquél día en sus planes sólo estaba la familia, después de esa maratónica jornada de fin de año en su hobby de animación en una tienda de ropa y en la discoteca Rústica, estaba tercamente volviendo al precio del deber periodístico. Retornando con esa mochila cargada de imágenes, a cuestas con el consejo de un experimentado Marco Uriarte “la próxima no olvides el chaleco antibalas”, contestado con cierta gracia los mensajes personales de sus amistades, que estuvieron siguiendo la tensa transmisión.

“Encontré en casa a mi tía con la que fuimos al cine y mi madre sumamente preocupadas” ¿Dónde te has ido? Le preguntaron – No sé, revisen el Internet y las reacciones de impacto no se dejaron esperar en casa.

Ahora a Lucho le toca cumplir otra misión con uno de sus seres queridos, su abuela a quien considera su “madre” está siendo evacuada Lima. “Quiero afrontar esto internamente. Dios está con nosotros”, confesó a Sin Rodeos.

Al final de su entrevista. Lucho reflexiona acerca de todo lo sucedido y nos dice: “No hay que quedarnos con una anécdota, podrían ser 365 anécdotas”.

Gracias amigos tengo que viajar con mi madre, todo va a salir bien.

 

 

 

 


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