Luis Lingán Ramirez.
Un día laborable de la semana, por la mañana, Visitamos el distrito de Llapa, provincia de San Miguel, Cajamarca, como siempre de primera nos acercamos a la bella iglesia, encontrando como está todos los días del año, la puerta abierta para los visitantes y lugareños llamando poderosamente nuestra atención la limpieza, orden y majestuosidad de este hermoso templo, en cuyo altar principal resalta la imagen de Jesús Nazareno Cautivo, patrón del pueblo, al costado izquierdo la madre dolorosa y la vírgen de Guadalupe, muchas imágenes bien conservadas contribuyen a un estado de paz, esperanza y fe que realmente nos hace mucha falta. Los parlantes, instrumentos y equipos en su sitio esperando brindar melodías de alabanza a Dios nuestro señor. Nadie se atrevería a llevarlos.
El padre Abraham como siempre lo hicieron sus antecesores tuvo la gentileza de acercarse y conversamos un poco.
Llevamos unas velitas para dejar una muestra de nuestro calor y emoción en la fe, nos habíamos olvidado de llevar fósforos pero grato fue hallar junto al candelario unas velitas prendidas y una caja de fósforos que permanece con cerillos todo el tiempo.
Saliendo, al dar una vuelta por la plaza de armas llama la atención lo limpia que está, igual las calles adyacentes, luego de caminar un poco y visitar los cinco arcos regresamos a la plaza a tomar un refrigerio, entramos a una panadería para degustar unos dulces y algo que beber, llamó nuestra un letrero que rezaba » el pan solo se vende en bolsas de tela o canastas no usamos bolsas plásticas, cuidemos el medio ambiente» , al salir miramos a la izquierda el local municipal saludamos y pedimos el baño para lavarnos las manos, un baño de damas y uno de caballeros, limpios y con aroma a desinfectante, en el lavadero jabón líquido, rápido pensé, que contraste con San Miguel, verdad que duele.
Me imaginé que alguien o algo tenía influencia en esta saludable y agradable presentación del distrito, quise preguntar pero mejor no lo hice pensando que al fin nuestras ciudades y pobladores se van dando cuenta que el turismo empieza por allí en un lugar limpio, sano y seguro. Una comunidad ecoturística tiene y debe ser agradable al visitante y que ese sentimiento éste comparta con amigos, familias y más actores, por allí se empieza, Adelante Llapa.