El estado del papa parecía más prometedor durante la semana, cuando el Vaticano dijo que estaba respondiendo “positivamente” al tratamiento médico contra la neumonía que recibió el jueves.

“¿Está el papa fuera de peligro? No. Ambas puertas están abiertas. ¿Corre riesgo de muerte inmediata? No. La terapia necesita tiempo para funcionar”, había dicho el viernes a los periodistas Sergio Alfieri, un cirujano que ha operado al papa anteriormente.

El pontífice fue ingresado en una clínica de la capital italiana el 14 de febrero e inicialmente se sometió a pruebas para detectar una infección del tracto respiratorio. Posteriormente se le diagnosticó neumonía en ambos pulmones después de una tomografía computarizada posterior.

Francisco, que es de Argentina, es vulnerable a las infecciones respiratorias. Cuando era joven, sufrió un grave ataque de neumonía que requirió la extirpación de parte de un pulmón.

En 2021, los médicos también le extirparon quirúrgicamente parte del colon en relación con una diverticulitis, que puede causar inflamación o infección del colon. Fue hospitalizado por bronquitis en 2023 y en los últimos meses sufrió dos caídas en las que se lastimó el mentón y el brazo.

Un hombre extraordinario

Este es el tercer periodo más largo que Francisco ha pasado en el hospital desde su designación como papa.

Sus médicos le recomendaron “reposo absoluto”.

Aun así, ha seguido trabajando, incluyendo conversaciones telefónicas en los dos primeros días de hospitalización con el reverendo Gabriel Romanelli, y con su asistente, el padre Yusuf Asad, en la Ciudad de Gaza, en el norte del enclave. Han estado en contacto frecuente desde que Israel lanzó su campaña de bombardeos y asedio al enclave, tras los ataques liderados por Hamas el 7 de octubre de 2023.

Francisco también ha estado firmando decisiones en la clínica, dijo a CNN el portavoz del Vaticano, Matteo Bruni. Hasta ahora, sólo sus “colaboradores más cercanos” lo han visitado, dijo el portavoz del Vaticano a los periodistas. El miércoles, la primera ministra de Italia, Giorgia Meloni, lo visitó durante 20 minutos.

“Bromeamos como siempre. No ha perdido su proverbial sentido del humor”, dijo la primera ministra en un comunicado.

Fuera de la capital, los fieles se han reunido en iglesias iluminadas con velas —desde Argentina hasta el Vaticano— para rezar por la pronta recuperación de Francisco.

“Siempre lo ponemos en nuestras intenciones”, dijo a Reuters el miércoles Rodomina Valdez, una argentina de 45 años en la Catedral Metropolitana, en la Ciudad de Buenos Aires. “Pero lo que podemos hacer es ponerlo en nuestras oraciones y ofrecer ayuno o, en todo caso, alguna penitencia”.

el Obelisco se ilumina en apoyo al papa
Justo afuera de la Basílica de San Pedro, en el Vaticano, un turista alemán, Klaus, dijo que esperaba que al papa “le queden muchos años fuertes”. Y en el Policlínico Agostino Gemelli, en Roma, cartas y dibujos hechos por niños en el departamento de oncología mostraban ilustraciones coloridas y mensajes deseándole lo mejor.

“Espero que se mejore pronto y que pueda volver a su papel”, dijo Gaetano Bavagnini, un residente de Roma. “Es un hombre extraordinario y un Papa extraordinario”.