
Los venezolanos se preparan para otra ola de represión mientras el líder Nicolás Maduro se prepara para asumir la presidencia por tercera vez este viernes, sellando un resultado electoral que los políticos de oposición y el Gobierno de EE.UU. dicen que se robó.
En los últimos días, el Gobierno ha desplegado una demostración de fuerza antes de la investidura, aumentando el número de policías y oficiales de seguridad en las calles y deteniendo a decenas de personas en todo el país, incluido un excandidato presidencial, según defensores de los derechos humanos.
El clima de miedo es palpable en las redes sociales. La cuenta de Instagram de la Dirección General de Contrainteligencia Militar de Venezuela publicó recientemente un video de una mano golpeando una puerta en medio de la noche, un mensaje sugestivo de los tipos de represalias que podrían encontrar los críticos.
Maduro y sus aliados están “demostrando que no van a tolerar ninguna disidencia, y la gente tiene miedo”, dijo el diplomático, que pidió hablar de forma anónima para evitar posibles repercusiones.
“Si necesitas una palabra para describir a Venezuela en estos días, sería aterradora”.
Eso es lo que un diplomático latinoamericano le dijo a CNN esta semana, reflexionando sobre la extraña atmósfera en el país.
Los venezolanos se preparan para otra ola de represión mientras el líder Nicolás Maduro se alista para asumir la Presidencia por tercera vez este viernes, sellando un resultado electoral que los políticos de oposición y el Gobierno de EE.UU. dicen que se robó.
Maduro y sus aliados están “demostrando que no van a tolerar ninguna disidencia, y la gente tiene miedo”, dijo el diplomático, que pidió hablar de forma anónima para evitar posibles repercusiones.
La reelección de Maduro no podría ser más controvertida. El 28 de julio, fue proclamado ganador de las elecciones presidenciales por las autoridades electorales, bajo el estricto control del Partido Socialista Unido de Venezuela en el poder.

Observadores independientes como el Centro Carter y la Misión de Observación Electoral de Colombia, así como el propio análisis de CNN, encontraron que las actas de la oposición eran legítimas, pero poco cambió en Venezuela.
Cuando estallaron las protestas por la votación, el Gobierno de Maduro detuvo a más de 2.000 personas en menos de una semana para aplastar a la disidencia.